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    “Imágenes audiovisuales del patrimonio”: Crónica de la sesión 2

    La segunda sesión del encuentro “IMÁGENES AUDIOVISUALES DEL PATRIMONIO” continuó ampliando su planteamiento inicial de contar con contenidos muy variados en temática o adscripción geográfica. El doctor Antonio Míguez Santa Cruz (Universidad de Córdoba), miembro del Grupo de Investigación HUM-1026 «IMAGEN Y MEMORIA: miradas transversales entre la Historia y los Medios Audiovisuales” nos llevó muy lejos y a lo largo de una prolongada cronología con su sesión “ESPACIOS Y CULTURAS DE JAPÓN A TRAVÉS DEL CINE” (28 de agosto, 12:00 – 14:30).

    Míguez realizó un repaso por diversos momentos históricos del país nipón a través de algunos de sus directores de cine más afamados. Al mismo tiempo nos fue introduciendo en aspectos fundamentales de la cultura japonesa, tanto en lo referente al patrimonio material (espacios urbanos y monumentales) como al inmaterial (mentalidad y costumbres), aportando ejemplos de cómo estas señas de identidad culturales de Japón están cada vez más presentes en la cultura de masas, aunque todavía tiene muchos elementos por descubrir.

    La primera película abordada fue La hija del samurai (Atarashiki tsuchi / Die Tochter des Samurai, Arnold Fanck y Mansaku Itami, 1937), una coproducción entre Japón y la por entonces Alemania del régimen nazi que intentaba apuntalar el acercamiento político entre ambas potencias totalitarias a través de la historia de un ingeniero agrónomo japonés que vuelve a casa tras formarse en el país germano. La película servía como introducción a la cultura japonesa por su exagerado compendio de tópicos culturales del país del sol naciente, que conformaban una visión bucólica del país en ese período de entreguerras, mostrando elementos tan conocidos por entonces y aún en nuestros días como la carpa, la grulla, el ciervo, la costura, la ceremonia del té, el kendo, el arte floral ikebana, el arco torii, los templos sintoístas, el mar…

    A continuación, Míguez diferenció diversos periodos de la historia de Japón a través de obras cinematográficas que ejemplificaban la cultura imperante del momento. Por ejemplo, los inicios de la cultura japonesa tuvieron como película paradigmática a Los tres tesoros (Nippon tanjô, Hiroshi Inagaki, 1949), una producción de tintes fantásticos que recogía los relatos legendarios Kojiki y Nihonshoki para abordar el mito fundacional de Japón como nación y el origen de la religión sintoísta, así como cierta concepción de superioridad racial de los japoneses respecto al resto de pueblos del Pacífico.

    El segundo momento histórico destacado, el periodo Heian (siglos VIII-XII), es una etapa clásica en la que florecen las artes y Japón toma influencias de la cultura y la literatura china durante la dinastía Tang (siglos VII-X). Uno de los grandes exponentes culturales japoneses de esa etapa es la novela Genji Monogatari (Historia de Genji) realizada hacia el año 1000 por la escritora Murasaki Shikibu, con ambientación en la corte de Kioto. Esta novela ha inspirado diversas películas, entre las que se destacó la cinta de animación Murasaki Shikibu: Genji Monogatari (Gisaburô Sugii, 1987). Otra de las películas más destacables ambientadas en este periodo Heian fue Rashômon (1950), la cinta que abrió el cine japonés a Occidente y que popularizó la figura de su director, Akira Kurosawa.

    El tercer gran segmento histórico abordado en la sesión correspondió a los distintos períodos caracterizados por gobiernos militares (shogunatos) entre los siglos XII y XIX, la época feudal de los daimios, los samuráis y el código de honor del bushido. Una de las películas más destacables sobre los inicios de esta época según Míguez es Kagemusha, la sombra del guerrero (Kagemusha, Akira Kurosawa, 1980). En la última parte de esta etapa, el periodo Tokugawa (siglos XVII-XIX), la sociedad feudal fue declinando hacia una burguesía comercial que influyó en diversas manifestaciones de ocio, configurando gran parte de la estética japonesa que ha llegado hasta nosotros. Uno de los artistas más relevantes de este momento fue el pintor Katsushika Hokusai (1760-1849), cuya figura inspiró diversas obras, como la película de acción real Hokusai Manga (Kaneto Shindô, 1981) o la de animación Miss Hokusai (Sarusuberi: Miss Hokusai, Keiichi Hara, 2015).

    El Japón moderno, que se inicia con la era Meiji (1868-1912) y llega hasta la Reiwa (iniciada en este mismo 2019), fue caracterizado mediante diversas producciones, como Conflagración (Enjô, Kon Ichikawa, 1958), Lluvia negra (Kuroi ame, Shôhei Imamura, 1989) o Los sueños de Akira Kurosawa (Yume, Akira Kurosawa, 1990). En sus conclusiones, Míguez también añadió cierta perspectiva crítica frente a diversos aspectos menos conocidos de carácter negativo relacionados con la cultura o la historia del Japón moderno, poniendo como claro ejemplo el polémico documental chino Yasukuni (Ying Li, 2007).

    El encuentro “IMÁGENES AUDIOVISUALES DEL PATRIMONIO”, celebrado los días 28, 29 y 30 de agosto de 2019, ha sido una actividad académica organizada por la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en su Sede Antonio Machado de Baeza (Jaén), con la colaboración de la empresa Patrimonio Inteligente y de nuestro Grupo de Investigación HUM-1026 «IMAGEN Y MEMORIA: miradas transversales entre la Historia y los Medios Audiovisuales”, y coordinado por el doctor Óscar Lapeña Marchena (Universidad de Cádiz), investigador responsable del Grupo.

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    “Imágenes audiovisuales del patrimonio”: Crónica de la sesión 1

    El encuentro “IMÁGENES AUDIOVISUALES DEL PATRIMONIO”, celebrado los días 28, 29 y 30 de agosto, ha sido una actividad académica organizada por la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en su Sede Antonio Machado de Baeza (Jaén), con la colaboración de la empresa Patrimonio Inteligente y de nuestro Grupo de Investigación HUM-1026 «IMAGEN Y MEMORIA: miradas transversales entre la Historia y los Medios Audiovisuales”. El doctor Óscar Lapeña Marchena (Universidad de Cádiz), investigador responsable del Grupo y coordinador del encuentro, presentó el mismo planteando su variedad de contenidos a lo largo de 8 sesiones sobre el estudio, el impacto, la gestión o la difusión del patrimonio a través del audiovisual. Acto seguido, tomó la palabra la doctora Gloria Camarero Gómez (Universidad Carlos III de Madrid), que protagonizó la primera sesión hablando de la ciudad que acogía el encuentro: “BAEZA: DE CIUDAD PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD A PLATÓ DE RODAJE” (28 de agosto, 09:00 – 11:30). Tras explicar su línea de investigación, presentó a la ciudad de Baeza como plató de cine en multitud de ocasiones, en su gran mayoría películas de ficción histórica que recrean personajes y hechos que, curiosamente, nunca han tenido nada que ver con la propia ciudad.

    Camarero diferenció dos grandes momentos en la cronología del cine histórico español. Por una parte, los años de la autarquía, en los que se prefieren ambientaciones en los siglos XV-XVII, en torno a la figura de los Reyes Católicos o narrando la resistencia española a la invasión napoleónica. En este sentido, se realizaron superproducciones de contenido propagandístico en consonancia con la historiografía franquista, normalmente rodando en decorados, como ocurre en Locura de amor (Juan de Orduña, 1948), sin buscar verosimilitud, sino grandiosidad. El segundo momento de esplendor del cine histórico español son las grandes producciones del nuevo milenio, que abandonan los decorados en estudio para buscar veracidad en localizaciones reales, tanto en espacios naturales como en edificios históricos y ciudades, tal como ocurre por ejemplo en Juana la Loca (Vicente Aranda, 2001).

    Gloria Camarero mostraba a continuación el primer ejemplo de película ambientada en Baeza, Aprendiendo a morir (Pedro Lazaga, 1962) una especie de biopic (sin contenido de recreación histórica) sobre los inicios en el toreo de Manuel Benítez, el Cordobés. En esta película costumbrista Baeza aparece como tal, no sustituye a ninguna otra ciudad, y son visibles localizaciones como la carretera de Jaén, la plaza del Pópulo o la cuesta de San Gil.

    La ciudad también sirve como escenario para algunas series de televisión, como Curro Jiménez (1976-1978), producción de evocación histórica que recrea el siglo XIX y se inspira en un bandolero real, Andrés López. En Entierro en la serranía (capítulo 13 de la 2ª temporada, 1977) diversos edificios baezanos simulan ser otros emplazamientos, como el Palacio de Jabalquinto haciendo de una especie de sede de gobernación o el antiguo seminario San Felipe Neri como cárcel municipal. La calle más veces presente en las películas rodadas en Baeza, Canónigo Melgares también aparece en esta producción española, dando muestra de la importancia a nivel patrimonial de Baeza. En el capítulo 6 de la serie Teresa de Jesús (1984) la ciudad aparece como escenario, recreando la localidad también giennense de Beas de Segura en el momento de la fundación de un convento en 1575 por Teresa de Ávila. Para ello, solo aparece una localización que aúna dos calles: Canónigo Melgares, un decorado real, pero con el añadido en decorado de un arco de lado a lado, y la actual plaza del Deán Martínez Rojas, en la cual se levantó la fachada de entrada al convento.

    Sin embargo, recalcaba Camarero que el gran peso de Baeza como plató será a partir del año 2000 con las superproducciones que recrean hechos históricos de siglo XVII, y la película por antonomasia rodada en la ciudad sería Alatriste (Agustín Díaz Yanes, 2006). La cinta, que narra las historias del personaje creado por Arturo Pérez Reverte entre 1622 y 1643, es una de las mejores películas del cine histórico español, según Camarero. Muchos de los escenarios de acción según el guion corresponden a la ciudad de Madrid del Siglo de Oro, que podían haber sido reconstruidos en estudio, pero el equipo buscaba ciudades reales que se pudieran parecer a esta Madrid del XVII. Así, se eligieron localizaciones en Úbeda o Baeza, aprovechando edificios reales o construyendo escenarios en emplazamientos naturales: en Úbeda, por ejemplo, localizaciones en torno a la plaza Vázquez de Molina, y en Baeza otras como la calle Beato Juan de Ávila, con un mercado típico del siglo XVII, y la iglesia de Santa Cruz al fondo.

    Dos años después se estrenaba La conjura de El Escorial (Antonio del Real, 2008), que no obtuvo el mismo éxito que Alatriste. Muchas de sus escenas se rodaron en Talamanca del Jarama (Madrid), pero Baeza también sustituye al Madrid del siglo XVI, como la famosa Plaza de la Paja, cuyos exteriores son rodados en la plaza de Santa María de Baeza. Con otros ejemplos, como la comedia franco-española Rosa y negro (Rose et noir, Gérard Jugnot, 2009), ambientada en la Sevilla de 1577, o la TV-movie española Lope enamorado (Rodolfo Montero, 2018), la doctora Camarero cerraba su intervención mostrando la versatilidad del patrimonio renacentista de Baeza para la recreación histórica audiovisual.

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